El
autor advierte de su discurso desde el prefacio:
Las
personas que se citan y los hechos que se relatan son producto de la fantasía
del autor. Si ciertos procedimientos periodísticos recuerdan los del
Bils-Zeitung, el paralelismo no es intencionado ni casual, sino inevitable.
Novela
corta, de tesis, estructura moderna con tintes cinematográficos que viene a ser
llamada experimental. Algunas veces parece ser un atestado policial en forma de
testimonios, otras veces no parece tan objetiva; no he llevado a cabo un
análisis exhaustivo porque esa no es mi intención, que se queda en la
sugerencia. Un ejemplo revelador de su estilo libre:
Aquí
debemos volver atrás. Este recurso se llama en cinematografía y en literatura
flashback. Retrocedamos desde la mañana del sábado, en que el matrimonio Blorna
regresó agotado y bastante desesperado de sus vacaciones…
El
mismo Böll define su estilo metafóricamente:
Si
el informe ―pues aquí se habla tanto de fuentes― resulta a veces “fluido”, se
ruega que lo disculpen: era inevitable. Los términos “fuentes” y “fluir” no
parecen compatibles, con el concepto de composición literaria; les convendría
mejor el de conducción. Esto debería comprenderlo todo aquel que alguna vez,
siendo niño (o incluso ya mayor), haya jugado en, al lado de y con unos
charcos, uniéndolos mediante pequeños canales, vaciándolos y desviándolos hasta
conducir, finalmente, toda el agua hacia un canal colector, para desviarla a un
nivel inferior o tal vez, incluso, para encauzarla debidamente, de forma
oficial y regular, hacia un desagüe o un canal construido por las autoridades.
Es decir, se procede a una especie de drenaje que constituye un verdadero
proceso de ordenación.
Una
noche particular Katharina Blum conoce a un hombre del cual se enamora, y dicho
hombre la enreda, sin pretenderlo, en un escabroso asunto que nada tiene que
ver con ella. El problema principal radica en que un medio de comunicación, “EL
PERIÓDICO”, de tendencias amarillistas, utiliza la noticia tergiversando, sin
escrúpulos, la información, sin tener en cuenta el daño que pueda ocasionar a
los afectados.
―¡Ánimo,
pequeña Katharina! Aquí no todos piensan mal de ti.
El
tema, pues, es bastante claro, la crítica hacia un tipo de prensa a la que nada
se le pone por delante. El contexto es la Alemania de 1974, ya pasadas casi
tres décadas de la Segunda Guerra Mundial y todavía presente la Guerra Fría y
la división de las dos Alemanias.
Böll
nos pinta a Katherina como una mujer ejemplar por su conducta, que ha superado con
trabajo y pundonor sus inciertos orígenes. Ello lo corroboran sus personas más
cercanas, que poco pueden hacer ante el veneno ponzoñoso de la prensa amarilla,
que prioriza la promulgación de titulares atractivos frente a la verdad
probada, provocando el desamparo de la protagonista y un final inesperado.
Sin
ir más allá, parece ser que la protagonista está basada en un personaje real. La
protagonista es una mujer peculiar, atractiva, orgullosa, muy honrada y un
tanto mojigata, pero no esperemos profundidad ni identificación con la
protagonista. Las sensaciones son más bien frías, como el estilo de la
narración.
―Desde
luego, existen personas que nos quieren mortificar desde que saben por el
PERIÓDICO cómo nos llamamos y dónde vivimos. Es preferible dejar descolgado.
A
favor de Böll su concreción, que no necesita de muchas páginas para desarrollar
su tesis, en contra que el desarrollo de la “tesis” deja en segundo plano a la
protagonista, que primero se gana nuestras simpatías pero luego se retrata en
un desenlace que quizás fue real pero a mí me ha resultado incongruente
(congruente, sí, para los parámetros poco ambiciosos del cine de Hollywood).
Quiero suponer que Böll le dio prioridad a la “tesis” y que, si en verdad el
caso fue real, el carácter de la protagonista debió esconder, sin duda,
complejidades mucho mayores que las que me hace llegar.
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