miércoles, 13 de marzo de 2019

Tonio Kröger (1903), Thomas Mann




La edición de la editorial DE CONATUS, y su colección Cuadernos de lectura creativa me ha sorprendido por su calidad, por su rareza. Encaja a la perfección con la filosofía de este humilde blog. Teoriza, con tino, sobre la lectura:


«Podemos leer un libro para entretenernos, relajarnos, para desconectar. En ese caso no tenemos que ser creativos. Pero el interés de la lectura es exactamente el contrario: salir de uno mismo para conectar con mundos completamente ajenos y volver al nuestro para verlo desde esa nueva mirada que hemos adquirido.

Este tipo de lectura es necesariamente creativa porque salir de uno mismo para conectar con algo completamente diferente exige creatividad. El concepto de creatividad se usa mucho, pero no sabemos muy bien qué quiere decir. Parece que ser creativo es algo que se puede aprender, pero no es así exactamente. Nadie puede ser creativo si no necesita serlo. Lo más importante para ser creativos es ponernos en situación.»



«La creatividad surge desde un estado de cierta incomodidad: si creo que todo está bien y no es necesario cambiar nada, no tengo la necesidad de ser creativo. La creatividad no es un adorno, es una herramienta para encontrar algo mejor. Y surge de una necesidad emocional y existencial que nos lleva a una búsqueda de las lógicas de la condición humana. Emerge de un querer conocernos y entender el mundo, no de un deseo de pasar el tiempo y desconectar. La literatura, precisamente, es un ingenio de conexión con la realidad, a través de esa invención podemos conocerla un poco más y entender cuál es nuestra posición dentro de ella.»


Subrayados y negritas son de la misma editorial. Insisto, un ejercicio crítico claro, conciso, extremadamente agudo.


«El impulso de escribir no viene del deseo de crear algo bonito, sino de una necesidad de entender y de sacar a la luz aquellos aspectos de la sociedad que no permiten a sus miembros desarrollarse. La belleza llega como consecuencia del texto cumplido.»


Podría aportar más fragmentos pero aliento al lector a acercarse al texto introductorio de Silvia Bardelás, unas pocas páginas, una auténtica joya. También digno de interés el análisis crítico de la novela que se hace al final del texto, pero en este momento cierro el libro y retomo mis notas para elaborar mi propia opinión, a bote pronto, y destacar aquellos aspectos en los que yo, como lector ¿crítico y creativo?, me he detenido. Eso que yo trato de comunicar en cada reseña, DE CONATUS lo sabe expresar mejor:

Thomas Mann (1884)
«No se trata de señalar: aquí el autor hace esto y este recurso se llama de tal manera. Este recorrido es personal. Lo que se pretende es poner el foco de atención en decisiones importantes del autor y plantearnos por qué las ha tomado al hilo de lo que ya hemos leído hasta entonces. No hay una lectura cerrada que se pueda resumir en una oración, sino que nos encontramos ante una lectura descubierta de forma intuitiva, una especie de encuentro de todos los recursos que hemos visto, de todos los sentidos que hemos planteado y de todas las preguntas que nos han surgido».

Quizás tanto acervo crítico haya obnubilado mi entendimiento, a modo de árboles que impiden ver el bosque. Cierto que la novela contiene muchos aspectos evaluables, pero mi lectura (al igual que la tuya) es única, y esta novela quedará pendiente de posteriores relecturas.

A la lectura de esta pequeña nouvelle me ha acompañado en todo momento el recuerdo de Los Buddenbrook. Los genios lo son por hablar de sí mismos, la gelatinosa materia que conocen mejor.

Durante los primeros capítulos también tenía en mente otros bildungsroman como Bajo las ruedas o Las tribulaciones del estudiante Torless, pero repentinamente Mann nos empuja hacia adelante y el protagonista adolescente se convierte en un hombre hecho y derecho que todavía se debate en las mismas incertidumbres.

El adolescente Tonio Kröger no quiere ser como es.

No pocas veces pensaba también: ¿por qué seré tan particular, en discordancia con todo, a malas con los profesores y como un extraño entre los demás chicos? Míralos, a los buenos estudiantes y a los de fundada mediocridad. Los profesores no los tachan de raros, y ellos tampoco hacen versos y solo piensan en las cosas normales que piensa todo el mundo y se pueden decir en voz alta. Se sentirán en perfecto orden y de acuerdo con todo y todos… Eso tiene que ser bueno necesariamente… Pero ¿qué hay de mí y cómo y adónde irá a parar esto?



Es más, en todos los aspectos había algo fuera de lo común en él, lo quisiera o no, y siempre estaba solo y al margen de lo habitual y del orden normal, por más que no fuera ningún gitano en un carromato verde…

            Tonio Kröger preferiría ser como su amigo Hans Hansen:

¡Quién tuviera unos ojos azules así, pensaba, y quién viviera tan de acuerdo y en tan feliz armonía con todo el mundo como tú! Siempre estás ocupado en algo perfectamente digno y respetado por todos…

El adulto Tonio Kröger ha alcanzado su gran anhelo, el triunfo como artista, ¿la solución a sus incertidumbres? Negativo. ¿Ser un artista, un intelectual, es un don o una maldición? Nada hay tan valioso, nada ofrece una felicidad comparable al encaje en la sociedad de una manera natural.

…sientes la marca de tu frente y notas que a nadie le pasa desapercibida.

Le digo que a veces me muero del cansancio de representar lo humano sin ser partícipe de lo humano.

…un «don» harto cuestionable y ligado a unas condiciones terribles…

¿Y acaso comprenderlo todo significa perdonarlo todo? Yo no lo sé. Hay una cosa que yo llamo asco ante el conocimiento.

No: la «vida» en tanto que eterno polo opuesto del espíritu y del arte no se nos presenta a los que somos seres fuera de lo común como una visión de sangrante grandeza y belleza desatada, como algo fuera de lo común, sino que el reino de nuestros anhelos es la vida normal, tan decorosa y agradablemente corriente, la vida en su seductora banalidad. No puede llamarse artista verdadero, querida mía, a quien alberga como sueño último lo excéntrico, lo exquisito y lo satánico, a quien no conoce el anhelo de lo más común, sencillo y vivo sin más, de un poco de amistad, entrega, confianza y felicidad humana…

Y si acaso nos quedaran dudas, Mann se las ingenia (como lo hiciera Cervantes en los mágicos, por increíbles, encuentros en las fondas) para que Tonio Kröger se reencuentre con sus fantasmas, con su tierra, con sus envidiados amigos de la infancia, para contrastar el sentido de su propia vida con la de ellos:

¡Quién fuera como tú! ¡Quién pudiera empezar de nuevo, crecer igual que tú, bien formado, alegre y sencillo, seguidor de la norma y del orden y en consonancia con Dios y con el mundo, ser amado por la gente inofensiva y feliz…, tomarte como esposa, Ingeborg Hom, para tener un hijo como tú, Han Hansen…, vivir libre de la maldición del conocimiento y del tormento de la creación, amar y alabar con dichosa normalidad! ¿Empezar de nuevo? Pero no serviría de nada… Volvería a ser todo igual. Todo volvería a suceder exactamente como la primera vez. Pues muchos se descarrían sin remisión, porque lo que sucede es que para ellos no hay un camino recto.

Tonio es un hombre derrotado, desde el primer párrafo hasta el último, un hombre desilusionado y hastiado. La causa obvia es la falta de integración en la sociedad. Sobre estas carencias se interroga Mann, obviamente porque trata de corregirlas. Escoge el camino para el cual ha sido destinado, el camino del arte, ¿un camino equivocado? El destino, una vez más el destino ocupa toda la escena, la herencia genética y la herencia social a partes iguales quedan expuestas, y sirva como ejemplo el párrafo anterior.

Seguramente, lector, que este tema te suena de muchas otras novelas, pero el enfoque de Mann es único en su penetración. La vida se debate contra el arte en un combate desequilibrado y absurdo. Es un canto a la búsqueda, a la necesidad de integración social. No busques respuestas, pues no las hay. Cada cual labra su camino y el de Mann termina humildemente en la resignación. Las respuestas se hallan en los tratados de autoayuda, aquí solamente encontrarás un campo arado para la reflexión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario