domingo, 9 de febrero de 2014

Declaración de intenciones.

            Comienzo hoy y aquí una tarea tan ardua como necesaria, que no es otra que promover la lectura de la buena literatura.
            Pero ya advierto desde el propio nombre de este humilde blog, que comienzo desnudo. De la misma manera que Descartes partió de la duda para crear una filosofía original yo comenzaré leyendo los clásicos sin sujeción a academicismo alguno. Recomiendo y recomendaré que leáis clásicos libres de prejuicios, huyendo de los prólogos de las ediciones de lujo, de la crítica literaria, tratando de evitar la lectura de wikipedia con tal de tener algo interesante que decir. Prefiero abordar los libros sin contaminación, a partir únicamente de aquello que nos legaron los propios escritores, que tened a buen seguro que confiaron en el "arte de leer", al igual que vosotros debéis hacer, guiaros a través de la confianza que os otorga vuestra propia perspicacia y saber hacer a través de la rica experiencia de la lectura.

            Quiero que os deis cuenta también, lectores, que leer mucho no es garantía de nada. Seguramente hay unos cuantos que se creen "cinéfilos" por el hecho de ir 4 veces a la semana al cine y ver la última de Spiderman o del Van Damme. Lo mismo pasa con la literatura. Es probable que un lector que "solamente" lee 20 libros al año pero con criterio progrese más que uno que lee 120 sin criterio alguno, guiado únicamente por la publicidad o por el entretenimiento. ¡Ojo!, que no estoy yo aquí para criticar a los lectores sino todo lo contrario, pero seamos sinceros, lo mismo da leer un mal libro que ir al cine a ver una de zombies; eso sí, ¡entretiene!.
            Todos queremos ser buenos lectores, incluso voy más allá, goza el lector de cierta autocomplacencia, y viene a pensar que se trata de una actividad, la de la lectura, sumamente enriquecedora, que a la vez que instruye entretiene. Claro que sí, pero con criterio.
            Y no voy a ser yo quien marque el CRITERIO. Daré pautas, claro que sí, mejor dicho aún, MIS PAUTAS. Leeré, o mejor dicho releeré a los clásicos y daré mi humilde opinión sobre ellos, que con toda seguridad será distinta que la vuestra, pues para eso estamos en terreno ajeno a la ciencia. El que quiera encontrar cosas ciertas o seguridades ha entrado en lugar equivocado, mejor que rebusque en otras disciplinas u otros blogs.

            A lo largo de las diferentes entradas trataré de aclarar lo que es un clásico, o cuando menos lo que no es, y abordaré aquellas cuestiones que a mi me obsesionan referentes a la lectura, la literatura o la escritura, aunque pondré los pies en polvorosa ante todo aquello que nos obligaron a estudiar en la escuela, el Bachillerato o la Universidad, eso que se da en llamar Historia de la Literatura y que a decir del Currículo es fundamental para que nuestros hijos aprendan a debatirse en la difícil sociedad de los hombres. La política para los políticos, señoras y señores, aquí solamente trataremos de LITERATURA.

            Y, en cuanto a las razones prosaicas de este blog, haberlas haylas, ¿cómo si no?, y perdonen que recurra a algo tan lejano como la infancia para darle una explicación. Era yo un tierno mozalbete de alrededor de 6 añitos y apenas me quedan recuerdos ciertos de aquella edad, pero sí que retengo uno por encima del resto. Me enfadaba con mi madre, me ponía el abrigo, y le decía que me marchaba de casa. Me iba al piso de arriba y me sentaba en el descansillo de las escaleras con mi único tesoro, un libro de tapas duras de los hermanos Grimm. Luego, independientemente de qué es lo que hubiera hecho, volvía a casa y le decía a mi madre que la perdonaba.
            Mi padre es albañil, jubilado, y mi madre ama de casa, en activo ¿cómo no?. Quién sabe qué me llevó a mi a leer, y luego a escribir. Mi vida entera no se entiende sin los libros, y ahora abro este blog para devolverles una pequeñísima parte de lo que a mi me han ofrecido, y desde aquí les digo, ¡Gracias libros!.

7 comentarios:

  1. Te felicito y reconozco tu labor. Hace tanta falta que la gente lea; queda relegada por otros intereses no muy genuinos. Pero hay que seguir haciendo el esfuerzo. Yo lo hago ern la medida posible. Mi afan es el que se lea màs......

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    1. Gracias por tu aportación. En un nuevo reto todo apoyo es bienvenido. Ahí seguiremos trabajando en ello, con ánimo vocacional todo se hace mejor.

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  2. Estupendo. Veo que te animaste.
    Me gustan los clásicos, hay mucho por mi blog y siempre diré que son necesarios para tener una buena base lectora, exactamente igual que es necesario sumar para poder multiplicar.
    Decía hace no mucho una persona que no era cierto eso de... lo importante es que se lea (referido a un libro escrito por una figura televisiva), porque había libros que eran como beber una jarra de Fairy. Si somos capaces de señalar lo malo, también hay libros buenos.
    Besos

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    1. Si, me animé, y no te creas, pasé todo el fin de semana meditándolo y preparando esta mi primera entrada. Como tu bien sabes un blog lleva su tiempo, más cuando uno pretende hacer un buen trabajo.
      Me centraré en los clásicos porque son los que me enseñan el camino a la hora de escribir, pero también intento estar al día en lo moderno, y si encuentro calidad en ello, perfectamente tendrá aquí su cabida.
      Besos y un fuerte abrazo de un seguidor de http://entremontonesdelibros.blogspot.com.es/

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  3. Estoy de acuerdo contigo en cuanto a la cantidad de libros leído. Eso no es sinónimo de buena lectura. Yo, aunque intento leer bastante, procuro escoger buenas lecturas: guiadas, sobre todo, por opiniones o corazonadas; que acierte es otra cosa. Veo que el blog promete bastante. Seguramente me encontraré con libros que no conocía.
    ¡Me quedo!

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  4. Gracias Bea. Trataré de que el blog esté calentito, y procuraré de tener a mano un poco de te y pastitas para que os sintáis a gusto.
    Un abrazo.

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  5. En cuanto a "El guardián entre el centeno" y a su personaje principal (obvio y evidente que solo existe un personaje principal),esa conducta de rebeldía al mundo y a su entorno es debida a que "A nadie le gusta crecer": Ser adulto supone estar sujeto a responsabilidades.

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