La
novela comienza con una narración absorbente y espectacular. La autora tiene el
don de cautivar. En unas pocas páginas nos presenta a dos amigos íntimos, dos
personas peculiares, sordos, John Singer y Spiros Antonapoulos. Uno de ellos, Antonapoulos
enferma y comienza a comportarse de forma violenta y acaba en un hospital
psiquiátrico, de manera que el protagonista absoluto de la novela, John Singer,
se queda solo y se muda.
Aunque
el sordomudo Spiros Antonapoulos no desaparece del todo, el resto de la novela,
diríase mejor los demás personajes, giran alrededor de John Singer, que tiene
una singular personalidad que los atrae. Sí, John Singer es el gran
protagonista de la novela, y a su alrededor basculan otros cuatro personajes
muy diferentes entre sí, Mick Kelly, una niña espabilada de alrededor de 13
años, amante de la música, Jake Blount, un obrero alcohólico de tendencias
socialistas, Biff Brannon, el dueño de un establecimiento donde se dan comidas
y bebidas, y el Dr. Copeland, un idealista médico afroamericano ya anciano.
La novela transcurre en la órbita que describen cada uno de estos personajes alrededor del sordo, John Singer, probablemente menos desarrollado que los otros cuatro, algunos de los cuales presentan sus satélites, personajes que a su vez los rodean y describen a su alrededor su propia órbita.
Poco
después de la Navidad, una noche, dio la casualidad de que las cuatro personas
vinieron a visitarle al mismo tiempo. Esto no había ocurrido nunca. Singer se
movía por la habitación repartiendo sonrisas y cosas para comer, haciendo todo
lo posible para que sus invitados estuvieran cómodos. Pero algo no andaba bien.
El
doctor Copeland permanecía de pie, en la puerta, con el sombrero en la mano, y
sólo hizo una fría reverencia a los demás. Los otros le miraron como
preguntándose por qué estaba allí. Jake Blount abrió las cervezas que había
traído consigo, y la espuma le manchó la pechera de la camisa. Mick Kelly
escuchaba la música de la radio. Biff Brannon estaba sentado en la cama, las
piernas cruzadas, y sus ojos escrutaban al grupo que tenía ante sí con los ojos
fijos y entrecerrados.
Estas
características pueden echar para atrás a muchos lectores, pero la verdad que
la novela se lee bien, sin necesidad de poner excesiva atención o retroceder
páginas en la lectura, porque la escritora pone todo su arte al servicio del
lector, de manera que no nos resulta difícil entrar en el enrevesado mundo de
cada personaje.
Por
eso, insisto, que no es necesario acudir a un taller de escritura para que nos
enseñen el oficio. Cierto que podemos hacer amistades, como en cualquier otro
círculo, pero para aprender las técnicas narrativas basta con leer novelas de
los maestros, que son los que verdaderamente nos muestran el camino.
La
novela transcurre en una pequeña ciudad industrial del sur de los EE.UU,
Georgia, en la década de los 30, fácil de comprobar porque de vez en cuando se
nos describen a través del diálogo los movimientos políticos de Adolf Hitler
frente a la política de apaciguamiento.
El
ambiente puede resultar claustrofóbico, miserable, como lo es la vida de los
humildes de los suburbios de cualquier ciudad.
El
título de la novela proviene de un poema "El cazador solitario" del
poeta escocés William Sharp.
Deep in the heart of Summer, sweet is life to me
still, But my heart is a lonely hunter that hunts on a lonely hill.
Lo que más me ha sorprendido es que la autora, Carson McCullers, escribió esta, su primera novela, con 23 años, por la cual obtuvo una temprana y merecida fama. Luego tuvo una azarosa vida, a través de la cual se puede comprobar que sus personajes están hechos del mismo pegamento que su realidad.
Ya
he conseguido La balada del café triste, que espero leer pronto, lo cual
indica, mejor que cualquier valoración numérica, lo que me ha gustado esta
novela.
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