Cayó
en mis manos este peculiar trabajo, una reedición de 2004. Y digo peculiar
porque se trata de un enfoque diferente, ni español ni europeo, sino que
procede de la zona Asia-Pacífico, precisamente una de las regiones del planeta
que presenta un mayor dinamismo.
Una
pena que los españoles apenas recordemos nuestra historia, tan llena de gestas
y hazañas, una de las cuales es la apertura de un Pacífico que ni siquiera
aparecía en los mapas, una hazaña que sólo supera la primera diáspora humana que
colonizó aquellas remotas islas con todavía menos medios.
Hoy
se muestra una gran preocupación porque no haya muertos en la exploración
espacial. Se considera una tragedia si una nave estalla llevando 4 o 5
tripulantes a bordo. Es cuestión de marketing, estrategia económica, prime time.
Sin embargo, aquestos viajes, tuvieron un cariz diferente. Salían tripulaciones
para explorar tierras ignotas compuestas de cien o doscientos hombres que daban por hecho que sus probabilidades de supervivencia no llegaban al 50 por ciento; les
movía el nada despreciable afán por la fama y los dineros.
Comienza
Spate explicando someramente cómo era el mundo sin el Pacífico, antes de
Magallanes. Para los que somos simples aficionados en esto de la historia, nos
viene bien un repaso primero de las gestas portuguesas, y después de esos
viajes tan relevantes y tan poco conocidos que se dieron entre el primer viaje
de Colón y el de Magallanes. Se trata del descubrimiento de Tierra Firme y de
los denominados Mares del Sur. Balboa antes de comenzar con Magallanes y las
Molucas de las especias. Someramente también nos cuenta las conquistas de los
imperios Azteca e Inca, con un enfoque tendente a explicar la progresiva
apertura del océano Pacífico. De Loaysa a Urdaneta, sin pasar por alto el
trascendental descubrimiento del tornaviaje. Al tiempo que se nos explica el
dominio de aquellas tierras por portugueses y españoles, conocemos los imperios
asiáticos, China y Japón. Se establece una delgada pero poderosa línea entre
Sevilla y oriente, una línea trazada y mantenida por la plata americana. En
medio de la ruta Nueva España y Perú crecen, participan y adquieren
personalidad propia. Y finalmente llegan los primeros problemas para mantener
la línea, los ataques corsarios de ingleses, franceses y holandeses.
Dado
el especial enfoque de este libro, se le dan especial importancia también a
otros viajes increíbles realizados por España buscando la denominada Terra
Australis, tierras ignotas que figuraban en los mapas a partir del siglo XV, en
el lugar que ocupa la Antártida pero de mayor extensión. En este contexto
Álvaro de Mendaña llevó a cabo dos expediciones por el Pacífico sur en los que
descubrió las islas Salomón y las Marquesas, acercándose a Australia. También se tienen en cuenta las hazañas de Sarmiento. Había
afán de colonización, de cruzada, y de búsqueda de oro. Obvio que los relatos
de estos viajes alcanzan cierto parecido a un viaje a los infiernos. Hoy en día
a estos viajes se les da más importancia en Asia que en España, por tratarse de
los primeros pasos europeos en la zona. Cada uno de ellos es digno de tratamiento aparte.
Y
poco más que decir, me dejo muchos nombres en el tintero. No debería tener que
agradecer la postura neutral del historiador, pero así es. No en vano la
historia es tan importante que los poderes la deforman a su antojo e interés. A
menudo el historiador engloba a España dentro de un término más amplio, Europa,
y el término europeo se usa para referirse a portugueses o españoles, y eso es
bueno.
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