Satán será
liberado de su prisión y saldrá a seducir a las naciones, a Gog y a Magog...
(Apocalipsis XX,
7)
El
narrador nos describe su encuentro con un loco excéntrico y millonario que
habita voluntariamente en un manicomio. El supuesto loco le entrega al narrador
un amasijo de textos, que no son sino los 70 relatos que componen esta novela o
lo que demonios sea esto.
A
mi modo de ver enlaza con los libros de Utopías, o con el Cándido de Voltaire, o
los Viajes de Gulliver, por tratar de buscarle un acomodo en la ironía satírica.
Trata
de un excéntrico millonario que utiliza su fortuna para buscar un sentido a la
vida y a su existencia. Reflexiona sobre todos los ámbitos de la vida humana,
al tiempo que hace una crítica, a veces sagaz, a veces absurda e
incomprensible, pero siempre sarcástica. Aborda cualquier tema, lo mismo la
religión que el canibalismo, los sistemas políticos económicos, las costumbres,
la civilización o la no civilización, la astronomía y la poesía, la literatura,
el arte, la filosofía, el esoterismo y la metempsicosis…
En
su búsqueda de respuestas no deja de hacer preguntas. Gracias a su fortuna se
acompaña, a golpe de talonario, de grandes celebridades en todos los campos, Henry
Ford, Gandhi, Einstein, Sigmund Freud, Lenin, Edison, H. G. Wells, El Conde de
Saint Germain, George Bernard Shaw, Knut Hamsun, Lenin o Ramón Gómez de la
Serna.
Así
nos caen 70 relatos sin orden ni concierto, aunque sí que hay una especie de
progreso, o mejor dicho decadencia, o quién sabe qué, porque de la búsqueda de
la razón se llega a la confianza en la sinrazón o la locura. Y la verdad que
esta parte de la locura es la más cuerda. Hay un capítulo dedicado a la
“Filomanía” o ciencia contraria a la filosofía y que busca una ciencia basada
en la locura. Así a lo tonto hace una crítica tremenda de la filosofía
occidental, errada o no, qué más da, no es más que un diabólico juego
intelectual.
¿Qué
es lo que habéis ganado… siguiendo la razón y adoptando la inteligencia?
La
verdad no se ha alcanzado, el hombre es cada vez más infeliz, y la filosofía,
que debía ser, según los antiguos farsantes griegos, la corona de la sabiduría,
se retuerce entre las contradicciones o confiesa su impotencia.
…El
monstruoso Sócrates se ha vengado de la cicuta ateniense intoxicando a los
pasivos europeos, durante veinticuatro siglos con su dialéctica. Los resultados
están a la vista. El ejercicio testarudo y estéril de la razón ha llevado al
escepticismo, al nihilismo, al aburrimiento, a la desesperación.
…Si
la inteligencia lleva a la duda o a la falsedad es de presumir que la
insensatez, por idéntica ley, conduzca a la certidumbre y a la luz.
…A
la Filosofía ―amor a la sabiduría―
es preciso la sustituya la Filomanía, el amor a la locura.
Gog
puede parecer un hipócrita, un cínico, desprecia todo lo humano, pero de
repente nos muestra una réplica, y titula un relato: NADA ES MÍO. Y en un
alarde de cordura se integra en la humanidad, porque es imposible separar a un
hombre del conjunto.
Así
que el misántropo consigue, ocasionalmente, despertar nuestras simpatías.
Quizás porque es uno más, parte de la sociedad, parte del entramado de
mentiras, traiciones y venganzas que todo lo componen.
Otro
ejemplo. Compra una República.
En
apariencia las Cámaras siguen legislando, en apariencia libremente, los
ciudadanos continúan imaginándose que la República es autónoma e independiente
y que de su voluntad depende el curso de las cosas.
Sorprendente Papini, lo mismo retrata pasado que futuro o presente, humanista de libertad e imaginacióna desbordantes, un escritor valiente.
Paso por alto sus afinidades
políticas fascistas, que perjudicaron su reputación con la derrota. No somos
quién para juzgar otra época; ni siquiera somos capaces de ver los grandes
defectos de la nuestra.