Leí por primera vez a Baroja a raíz
de una de esas lecturas obligatorias del Bachillerato. Tampoco es casualidad
que sea una de las preferidas durante los exámenes de Selectividad, pues
probablemente define bien a esa maldita Generación del 98 que presuntamente
pretendía la regeneración de España.
No voy a gastar ni una sola línea
contándoos el argumento de la novela. Tampoco creo que sea de interés. El árbol de la ciencia refleja la lucha
de un hombre, Andrés Hurtado, por salir adelante en una sociedad que le
repugna. De no ser porque la novela comienza cuando el protagonista roza la
mayoría de edad, tal vez podríamos hablar de un bildungsroman, que viene a ser el término alemán para definir a la
novela de iniciación o desarrollo de un personaje desde la niñez a la edad
adulta.
La primera vez que leí la novela lo
hice en un arrebato, de un tirón, y luego he recurrido a ella en variadas
circunstancias, como por ejemplo en el último Taller de Lectura que impartí.
Viene al caso la experiencia porque la novela pasó sin pena ni gloria, y por lo
tanto presupongo que más aprendí yo con ella que los demás miembros del Taller.
Que para mi el estilo de Baroja sea sencillo y ágil no quiere decir que le
suceda igual al resto de los mortales, sino más bien todo lo contrario, pues
así sucedió que Baroja se les hizo árido y complicado. Cierto es que entra en
intrincados paradigmas filosóficos, pero cierto también que se puede leer la
novela obviándolos por completo. Y cierto también que es importante la cuestión
de si nos identificamos o no con el protagonista, con su angustia vital, con la
melancolía y el hastío que transmite a partir de cada uno de sus actos.
Poco más que decir que no encontréis
en wikipedia o en cualquier manual al uso de literatura. Solamente decir que os
podéis fijar en la estructura de los capítulos, en la prosa sencilla sin
mácula, en el desprecio de las digresiones. No me digáis por qué, pero ya he
perdido la cuenta de las veces que he releído la novela. Constituye para mi un
ejemplo que trato de emular en mi escritura, prosa visceral que da en el clavo,
una de las obras maestras de la literatura española que, para mi pensar, aún
está de actualidad.
Probablemente hay libros de Baroja de más acción y aventura, más
dinámicos, y sin embargo ninguno de ellos ha logrado entretenerme como este.
Solamente me queda recomendaros la compra de este libro (no lo he
encontrado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes), porque es uno de esos
imprescindibles que debemos conservar en casa, un libro para releer, pero que
además servirá a nuestros hijos. De la misma manera que tenemos El Quijote o La Regenta, entre ellos debería estar El árbol de la ciencia, con más razón porque es entretenido y fácil
de leer.
He escogido un pequeño fragmento que, a mi modo de ver y dada la
situación por la que atraviesa España, viene al caso:
La acción de la cultura europea en España era realmente restringida, y
localizada a
cuestiones técnicas, los periódicos daban una idea incompleta de todo; la
tendencia
general era hacer creer que lo grande de España podía ser pequeño fuera
de ella y al
contrario, por una especie de mala fe internacional. Si en Francia o en
Alemania no hablaban de las cosas de España, o hablaban de ellas en broma, era
porque nos odiaban; teníamos aquí grandes hombres que producían la envidia de
otros países: Castelar, Cánovas, Echegaray... España entera, y Madrid sobre
todo, vivía en un ambiente de optimismo absurdo. Todo lo español era lo mejor.
keep up the good work !!! Excellent
ResponderEliminarSe intentará, esto del blog es como una carrera de fondo :)
EliminarHola, he leído hace unos días el libro por primera vez y me ha dejado algo desconcertada, no quiero descubrir el final de la novela ni contar nada q agüe leerlo, es una autobiografía de baroja reflejada en el personaje de Andrés pero el final es algo que me choca, porque en realidad ese final no es el de baroja, ya que leí en wikipedia su biografía brevemente entienda y pueda explicarmelo?
ResponderEliminarEs interesante tu reacción, desconcierto. Los best-seller se caracterizan porque te dejan totalmente indiferente, casi se podría decir que te quedas igual que si no los hubieras leído. En este caso, te has quedado pensando, lo cual es interesante.
EliminarTen en cuenta que se trata de una novela. Que contenga elementos autobiográficos no quiere decir que sea autobiografía. Así pasa con los clásicos, contienen siempre elementos del autor, pero se trata de una hábil mezcla de fantasía y realidad. El lector debe ser quien ejerza con su criterio y debe ser el lector el que saque sus conclusiones personales.