Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán
saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis
padres antes de tenerme a mi, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no
tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo,
porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su
vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre...

La lectura la tengo fresca, y aún rebota como eco en mi memoria. Ha hecho
mella en mi, no os lo voy a negar, y después de leerla a través de la siempre
generosa Biblioteca, ahora tendré que comprarla para más adelante releerla, y
subrayar en ella lo que se me antoje.
No os miento, empecé su lectura lleno de prejuicios. Era una novela que
hace muchos años quería leer, pero la postergaba. Había un no se qué que me
llevaba al rechazo, y no es por repulsión, ni mucho menos, a la cultura
americana, pues todas las civilizaciones tienen sus más y sus menos porque se
alimentan de la misma materia prima: hombres. Quizás es porque me decepcionan
las novelas bien entradas en el siglo XX, quizás sencillamente por el cine o
por la fama excesiva, no lo se.
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Joven, alto y guapo. Parece ser el mismo propietario de esas patas largas de Holden |
El caso que con prejuicios y todo abordé los 26 capítulos de la novela, y
para el capítulo 5º estaba más que rendido a sus pies. Me acompañaba al baño,
al parque cuando llevaba a los niños, siempre en privilegiado lugar en la
cabecera de mi cama. Fue esa voz adolescente tan sincera, tan clara, una voz sufriente
y a la vez cruel que se dirigía a mi. Holden Caulfield se había convertido para
mi en una persona real de carne y hueso. Es un chico inteligente y
aparentemente tiene la capacidad de ser agradable, pero de alguna manera lo
echa todo a perder y consigue el rechazo de todos los que le rodean.
No hace mucho que leí La conjura de
los necios, e imaginé tras los primeros párrafos que el protagonista se le
daba un aire, pero no, con El guardián
entre el centeno sentí la imperiosa necesidad de adentrarme más y más en su
lectura para saber cómo acababa la vida del curioso personaje Holden Caulfield,
¿o mejor debería decir J. D. Salinger?
La novela se desarrolla en un crescendo, o mejor diría decrescendo, pues
en los aproximadamente dos días durante los cuales se desarrolla la trama,
Holden Caulfield va de mal en peor. Los flash back son continuos pero pasan técnicamente
desapercibidos, y el uso magistral de la primera persona genera la falsa
apariencia de que la novela ha sido escrita de un tirón. Igualmente el abuso
del lenguaje coloquial o de términos groseros u obscenos puede llevarnos a una
falsa impresión y obviar la calidad y el cuidado de la prosa. No olvidaré
fácilmente cómo se dirige Holden al lector:
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J.D. Salinger agrediendo a los cámaras. Después de la publicación de su novela desapareció de la vida pública, convirtiéndose en un extravagente mito. |
"―De veras... Sólo les digo... De
verdad... si quieren que les diga la verdad... Pero, como les iba diciendo... Se
lo juro que es así... Se lo juro…"
Su forma de describir a las personas me habla de calidad y define su
particular estilo. No se si elegí bien este fragmento, pero me llamó la
atención porque describe magistralmente a la chica a través de su boca:
"Era una chica rara, Jane. No puedo decir que fuera exactamente guapa,
pero me volvía loco. Tenía una boca divertidísima, como con vida propia. Quiero
decir que cuando estaba hablando y de repente se emocionaba, los labios se le
disparaban como en cincuenta direcciones diferentes. Me encantaba. Y nunca la
cerraba del todo. Siempre dejaba los labios un poco entreabiertos,
especialmente cuando se concentraba en el gol o cuando leía algo que le
interesaba...."
En otro orden de cosas, a menudo me ha dado en pensar que Salinger gusta
de jugar con el lector. Qué duda cabe que Salinger, al igual que Holden
Caulfield, era un tipo inteligente. No nos costará comenzar a odiarlo porque
representa al antihéroe, hipócrita, egoísta, vago, mentiroso, pedante y
malencarado, pero es que además tiene dinero, status y educación, lo tiene todo
para ser feliz. Únicamente encontramos una cualidad en su carácter, o cuando
menos es lo único agradable que yo encuentro, la inteligencia. Sin embargo, a
medida que me adentré en la lectura comencé a sentir mayor simpatía hacia el
protagonista, comencé a ver que el personaje evolucionaba, y que esa evolución
no tenía nada que ver con el cambio real del personaje, mucho más teniendo en
cuenta que la trama se desarrolla en dos días. No se si me explico, pero pienso
yo que Salinger quiere hacernos empatizar con Holden Caulfield, que de alguna
manera necesita Salinger que comprendamos que si el personaje es un desgraciado
(y por lo tanto el escritor también) lo es porque así lo ha hecho la sociedad.
Vamos, que no es su culpa.
¿Y cómo consigue Salinger todo esto? Salinger pretende hacernos creer que
la muerte del hermano de Holden fue lo que le llevó a cambiar su conducta, y
bien podría ser. Un adolescente desequilibrado con problemas psiquiátricos,
¡bingo!. Además está el arma de la sinceridad, pues Holden pretende hacernos
creer que es auténtico y diferente del resto de los mortales, cosa difícil de digerir
porque el protagonista es hipócrita como el que más cuando le conviene. Luego está
el amor desmedido que siente por sus hermanos, y por los niños. Y al final
recurre a la lástima. Nos da pena, pero con esa sensación de “pero que no se me
acerque mucho”.

"―Que
a ti nunca te gusta nada.
Aquello me deprimió aún más.
―Hay
cosas que me gustan. Claro que sí. No digas eso. ¿Por qué lo dices?
―Porque
es verdad. No te gusta ningún colegio, no te gusta nada de nada. Nada.
―¿Cómo
que no? Ahí es donde te equivocas. Ahí es precisamente donde te equivocas. ¿Por
qué tienes que decir eso? ―le dije.
¡Jo! ¡Cómo me estaba deprimiendo!
―Porque
es la verdad. Di una sola cosa que te guste.
―¿Una
sola cosa? Bueno.
Lo que me pasaba es que no podía concentrarme. A veces cuesta muchísimo
trabajo."
Por último, el capítulo 24 es probablemente el núcleo de la novela. Es,
en mi opinión, lo mejor de la historia. Aquí se nos muestra un Salinger lúcido.
A través de un personaje, un profesor excéntrico, Salinger nos muestra la
moraleja de la historia, la verdadera finalidad de esta historia con la que
Salinger pretende, a mi manera de ver, ayudar a los jóvenes que como él
tuvieron una adolescencia complicada. En palabras de Salinger:
"Felizmente, algunos de ellos (se refiere a escritores que han sufrido como él) han dejado constancia de su sufrimiento. Y
de ellos aprenderás si lo deseas. Del mismo modo que alguien aprenderá algún
día de ti si sabes dejar una huella."
Este profesor es un recurso técnico muy hábil, perfecta solución de la
trama. No me cabe duda que Salinger improvisó a medida que la escribía hasta
dar con la tecla. Igual pienso que sucede con el título de la novela, que a los
lectores españoles se nos escapa un poco más, The catcher in the Rye. El título hace referencia a una reflexión
que el protagonista realiza sobre la letra de un poema que trata sobre un catcher (alguien que agarra o sujeta)
que evita que los niños caigan al precipicio.

Para terminar esta mi entrada más extensa, decir que me hablaron de una
novela para adolescentes, pero yo creo que es apto para adultos. Pienso que
Salinger lo escribió para sí mismo, y por el camino pretendió ayudar a los que,
como él, perdieron la brújula en un determinado momento de sus vidas.
Lean clásicos, intercámbielos con lecturas más livianas pero no se olviden
de leer clásicos. Sucede como cuando ves una buena película y sales emocionado
del cine. Otras películas en cambio te relajan y divierten, pero las olvidas
nada más salir por la puerta. En cambio estos libros maravillosos tallan en tu
memoria un rincón para la eternidad.
¡Buen provecho!
Fragmentos:
"Les juro que si un día naufragara y fueran a rescatarle en una barca
antes de dejarse salvar preguntaría quién iba remando.
Si hubiera estado en el cine sentado detrás de mí mismo, probablemente me
hubiera dicho que me callara.
Aquel hotel estaba lleno de maníacos sexuales. Yo era probablemente la
persona más normal de todo el edificio, lo que les dará una idea aproximada de
la jaula de grillos que era aquello.
Me paso el día entero diciendo que estoy encantado de haberlas conocido a
personas que me importan un comino. Pero supongo que si uno quiere seguir
viviendo, tiene que decir tonterías de ésas.
Lo que haría sería hacerme pasar por sordomudo y así no tendría que
hablar. Si querían decirme algo, tendrían que escribirlo en un papelito y
enseñármelo. Al final se hartarían y ya no tendría que hablar el resto de mi
vida. Pensarían que era un pobre hombre y me dejarían en paz.
Soy el mentiroso más fantástico que puedan imaginarse. Es terrible.
Si voy camino del quiosco a comprar una revista y alguien me pregunta que
a dónde voy, soy capaz de contestarle que voy a la ópera."
Yo leí la novela cuando era más pequeña, y creo que es por eso que se me quedó una sensación extraña. Mientras lo leía me gustó, pero al terminarlo sentí que, en verdad, no pasaba "nada". Como has comentado, solo son dos días de la vida del protagonista. Si hay algo que me chirrió fue la expresión que se utilizaba a menudo, casi al finalizar cada frase: "Jo"; me irritó bastante. De todas formas creo que un día lo releeré para ver si saco mejores conclusiones.
ResponderEliminarMuy buena tu apreciación. Si el "jo" te irritó es que Salinger logró el objetivo de todo escritor, generar sensaciones en el lector, sean del tipo que sean.
ResponderEliminarEn cuanto al final, es peculiar, cierto que yo tampoco me lo esperaba, pero esa indefinición me gustó mucho, me hizo reflexionar y también he de decirlo que me generó la curiosidad de saber más sobre la vida de J. D. Salinger.
He leído dos veces esta novela. La primera porque era uno de los títulos más aclamados y criticados al mismo tiempo de la narrativa americana, pero terminé la novela totalmente aburrida y con sentimientos difíciles con respecto al protagonista. Cuando la leí por segunda vez algunos años después lo hice pensando que quizás la primera no había sido capaz de entender la historia. Ahora estoy segura de que nunca más lo voy a intentar. Por desgracia solo se me ocurren críticas a esta historia, así que lo dejaré en que no es novela para mí.
ResponderEliminarUn saludo.
Primero de todo Mariuca, decirte que me ha encantado tu comentario. Cuando uno se enfrenta a una novela, sea clásico o novel, hay que hacer una crítica libre. Las novelas, como el vino, o te gustan o no te gustan, no hay un más allá. En tu caso probablemente no encontraste ni el más mínimo punto de identificación con el personaje. En mi caso he encontrado varios puntos que me han hecho empatizar con el protagonista, o eso creo por Dios.
ResponderEliminarPero nunca dejamos de aprender. A veces nos encabezonamos y queremos terminar un libro sí o sí, por mero orgullo, o lo leemos otra vez porque la crítica lo aclama. No hay mejor crítica que la nuestra, y si un libro no gusta se deja porque HAY MUCHO POR LEER.
Posdata. Espero elegir más cerca de tu gusto en próximas ocasiones, y si te apetece que reseñe sobre algo en concreto no dudes en apuntarlo.
Saludos
Dices que en el 5º capítulo caíste rendido a los pies del guardián. Un servidor desde el primero ya intuía que este libro no lo olvidaría jamás. Me pasó un poco como a tí, deseaba que pasara el día lo más rápido posible, para poder encontrarme en casa para adentrarme en el libro. Tuve que dosificarme con la lectura, porque sabía que al terminarlo el goce que me producía al leerlo, difícilmente lo encontraría en otros libros.
ResponderEliminarCasualmente, revolviendo libos en la biblioteca me encontré con una biografía hecha por su hija Margareth, titulada "El guardián de los sueños". Allí pude comprobar estupefacto, como las gastaba Salinger y lo estrafalario que llegó a ser.
A raíz de esa biografía, leí un par de libros de él, pero la verdad sea dicha, no terminé ninguno de los dos. Ya tenía el dichoso y perverso prejuicio, metido en la cabeza.
Un placer leer tus posts.
Si, me costó entrar en la novela, me generaba expectativas pero hasta que no vi que se cumplían no me rendí.
ResponderEliminarComo a ti, me quedan ganas de leer algo más acerca del autor, porque sin querer averiguas asuntos de su personalidad.
Y por cierto, me encanta la manera como te expresas compañero (y lo que expresas por supuesto). Escribes bien, qué duda cabe.
Voy a ver de seguirte
un abrazo.
También en mi caso la tengo pendiente hace años. Aunque te parezca absurdo, es de esas novelas que me da cierto temor empezar. Es tan nombrada que a veces uno piensa ¿y si me decepciona?¿y si no llego a comprender su esencia?... En fin, la cuestión es que después de leer tu reseña me han dado unas ganas de terribles de ir por la obra. Adoro los clásicos, tanto que de ellos he hecho mi profesión (enseño Literatura) pero por supuesto que hay un momento para todo y me gusta intercalar con lecturas más ligeras. Sigo tu blog Ruben, maravillosa reseña.
ResponderEliminarNo Andrea, no me parece absurdo nada de lo relativo a los gustos-intereses lectores. De hecho yo también hablo de ciertos prejuicios frente a esta novela.
ResponderEliminarCuriosamente, yo también, como tú, intercalo lecturas de clásicos con otras más ligeras, únicamente que mis lecturas más ligeras suelen ser ensayo, especialmente historia pero también cualquier otra rama del saber.
Gracias por seguirme Andrea y más por las felicitaciones.
Ahí voy yo también a buscar tu blog.
Un beso.
Recuerdo mi lectura de este libro, y recuerdo la mención que se hace a él en "Lo es" aludiendo a sus duras críticas en el momento de su publicación.
ResponderEliminarMe pareció un libro inteligente e interesante en el que el autor aprovechaba una historia para mostrarnos una mente. Una mente que posiblemente no sea muy diferente de la de muchos y no sea ninguna completamente, sino fragmentos. Por eso viene tan bien aligerarlo con un poco de sentido del humor, porque nos hace reaccionar. Y, aunque no nos resulte escandaloso, nos irrita, nos molesta este Holden que nos termina dejando un buen sabor de boca, esperanzado.
Me quedo con la conversación con su profesor.
Besos
Buena elección de fragmento Mientras Leo. Tengo que decir que esa parte, esa salida no me la esperaba, pero es la que da sentido a toda la obra, y al propio Salinger como individuo. Es el núcleo de la novela, si. Y quedémonos con lo verdaderamente importante de la novela: no deja indiferente a nadie.
ResponderEliminarBesos.
Siempre tuve ganas de leer este libro, voy a darle una oportunidad pronto :) Muy lindo blog. Saludos.
ResponderEliminarGracias Mayra, trato de tenerlo bien cuidado para lectores como tú :-)
ResponderEliminarEn cuanto a la lectura de la novela, anímate, es cuando menos interesante.
Saludos
Uno de mis libros favoritos. La primera vez lo leí durante mi adolescencia y, a pesar de su sencillez, no llegué a entenderlo completamente hasta que lo volví a leer por tercera vez hace uno o dos años. Es de esas lecturas que siempre te ofrecen algo nuevo con cada oportunidad que les das.
ResponderEliminarMi pasaje favorito es justo el que da nombre al libro y donde para mí se encuentra una de las partes más importantes de la historia.
Besos
Para mi esta novela ha sido una sorpresa muy grata. Probablemente la releeré más adelante, porque hay algunas cosas con las que me siento identificado, no con el personaje por Dios, pero sí con partes de la resolución de la historia. Como bien dices, el quid del título es una de las cosas más interesantes que ofrece la novela.
ResponderEliminarBesos
Me alegro de que lo disfrutaras y te calara, yo no he sabido ver eso que vieron muchos. me decepcionó a más no poder. Un abrazo!
ResponderEliminarBueno Meg, de ninguna manera gustan a todos los mismos libros, ¡menos mal! De hecho mi blog hablará de muchas novelas que no gusten a casi nadie. Son esos clásicos que quedan arrinconados frente a las novedades diarias. Yo creo que cada cual tiene sus clásicos. Para que un clásico te llame sobremanera la atención debe haber cierta identificación, que el libro te cale en cierta manera. Si no es así con unos libros, te sucederá con otros. Tú por lo menos le diste la oportunidad.
ResponderEliminarUn abrazo y un beso
Rubén
En cuanto a "El guardián entre el centeno" y a su personaje principal (obvio y evidente que solo existe un personaje principal),esa conducta de rebeldía al mundo y a su entorno es debida a que "A nadie le gusta crecer": Ser adulto supone estar sujeto a responsabilidades. Aprovecho para decir que es mejor que leamos sólo tres páginas de un libro de cuatrocientas más a fondo que un lector normal, que lo leerá todo pero ni una sola página a fondo; es mejor leer doce líneas de un libro con la mayor intensidad y, por consiguiente, penetrarlas por completo que leer todo el libro como un lector normal, que al final conoce tan poco el libro que ha leído como un pasajero aéreo el paisaje que ha sobrevolado. Ni siquiera percibe los contornos. Toda la gente lee hoy todo volando, lo leen todo y no conocen nada. El que lee todo no comprende nada, no es necesario leer todo Goethe, todo Kant, todo Dostoiesky para entender su pensamiento, su verdad, aunque si bien es cierto que nos privaría del placer más puro que es leer todas sus obras.
ResponderEliminarEnhorabuena al fundador de este block
Muy agudo Paulino. Buena reflexión, me recuerda a Hermann Hesse cuando habla acerca de la lectura. Más o menos pienso lo mismo, aunque a decir verdad que tengo una teoría elaborada que un día que tenga tiempo desarrollaré.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Paulino. Esto es lo que me anima a seguir reseñando clásicos.
Gracias por el blog es muy bonito, desde ahora espero leerte y conocer opiniones, me leere esta novela pronto. Un blog como este hace falta. Saludos.
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