miércoles, 8 de enero de 2020

El brazo marchito, (1888), Thomas Hardy


Cuesta encontrar títulos de Hardy en las librerías de segunda mano españolas, a excepción de Tess d’Ubervilles y de este compendio de relatos. Curiosamente es más fácil toparse con títulos en idioma inglés. También sucede con Nikolái Gógol que te encuentras por todas partes con Taras Bulba, a mi modo de ver una de sus narraciones más rudimentarias, y en cambio toparse con Almas muertas, ni hablar de los relatos peterburgueses, resulta toda una casualidad.

Me da que Hardy no ha sido muy leído en España. Dudo que me equivoque. Desde luego que en Inglaterra sí se lee. A mí es un escritor que me agrada, incluso me entusiasma. Me parece una buena apuesta para cualquier editorial de prestigio.

La prosa de Hardy atrapa, es amable, agradable de leer, pero ojo porque esconde ironía por doquier.

El primero relato, Los tres desconocidos, ya nos augura lo que es Thomas Hardy, entretenido, que nunca deja de lado al lector. Una familia celebra en casa un bautizo, con una pequeña fiesta. Es un día desapacible, y de forma inesperada tres desconocidos irán llegando uno tras otro para pedir cobijo de la lluvia.

Se trata de un relato jocoso, a mi modo de ver emocionante y fabuloso, que lo tiene todo, sorpresas, giros, personajes verídicos y un tremendo fondo social, qué más se puede pedir, un buen comienzo para engancharnos.

A continuación el relato que da título a la colección, El brazo marchito. El tema de fondo es sobrenatural, tema en el que Hardy abunda. Las costumbres populares, la incultura, la superstición, el destino y la horca rondan por doquier. No tiene nada que envidiar a cualquier relato de fantasmas.

El predicador desconcertado llenará al lector de “desconcierto”. De lo mejor. El amor lleva a un predicador a verse mezclado en una hilarante historia de contrabandistas. Hardy siempre se sitúa del lado de los humildes, frente a la autoridad. El nivel del relato es muy, muy alto.

La tumba de la encrucijada es uno de los relatos más flojos, y cuando creemos que el nivel decaerá irreversiblemente tras tan buenos relatos, aparece El violinista ambulante. La superstición y lo paranormal abundan, pero ojo porque Hardy no es convencional. El tratamiento que da Hardy a los asuntos humanos es perfecto, reflejando caracteres como aquel que gusta de las categorías.

La fatalidad golpea a los humildes, y no siempre se trata de los humildes en lo económico, da igual el dinero porque también están los humildes de espíritu. La riqueza es un muro, pero no en lo que respecta a los caracteres o el grado de felicidad alcanzado por las personas. Hardy mueve su pluma como el pintor, reflejando a su manera lo que ve, a veces amable, otras áspero y perturbador.

Una mujer soñadora tampoco está entre los relatos más eficaces. El tema no es paranormal pero como si lo fuera. Va de escritores y poetas, de soñadores, pero también refleja a las personas prácticas que rodean a los soñadores. Hay tanto contenido entre líneas…

Barbara de la casa de Grebe sirve como perfecto colofón para el conjunto de relatos. Un matrimonio por amor pero desigual en lo económico sirve a Hardy para ahondar en la figura del matrimonio y en lo exaltado al tiempo que prosaico de las pasiones humanas.



En el caso de la tierna pero algo superficial dama cuya vida les he relatado no hay duda de que un alocado apasionamiento por la persona del joven Willowes fue el sentimiento principal que la indujo a casarse con él; lo cual es aún más deplorable si tenemos en cuenta que su belleza, según la tradición, era el menor de sus atributos, pues todos los informes acerca de Edmond Willowes hacen inferir que debió ser un hombre de firme carácter, brillante inteligencia y prometedor futuro.



Entre los mejores libros de relatos que he leído.


4 comentarios:

  1. Tienes razón, hace unos años me hice en un mercadillo con "Un par de ojos azules", muy en línea con el último relato que comentas (te pongo el link de la reseña, por si no la conoces: http://varadoenlallanura.blogspot.com/2017/04/un-par-de-ojos-azules-de-thomas-hardy.html) y comentando el libro después, me dio la impresión de que era un autor casi olvidado, si no poco conocido. Tengo pendiente "Jude el oscuro", pero miraré esta colección de relatos también.
    Saludos.

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  2. Se agradece el enlace para ahondar sobre todo en la figura del maestro.
    Pretendo leer Jude el oscuro por el tema de la polémica. A mí por ahora Tess D'Uberville me parece su mejor novela. Entre mis confidentes lectores generó polémicas varias. El prejuicio me llevó a afrontarla como si se tratara de una novela con tintes románticos cuando se trata de una tragedia memorable.

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  3. Pues, efectivamente, no he leído nada de Thomas Hardy, al que tengo en el punto de mira hace tiempo con "Lejos del mundanal ruido" la novela que más me atrae de las suyas. Conozco "Tess de los D'Uberville" por la película de Polanski, pero para leer creo que me decantaré como digo por "Lejos del mundanal ruido", cuya película, sé que existe, aún no he visto.
    Como bien dices, no creo que sea un autor muy leído en nuestro país.
    Un beso.

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    1. Supongo que iré leyendo todo lo de Hardy. A mí personalmente me resulta una lectura cómoda y atractiva. Hay lectores muy impacientes que piensan que comienza con un tiempo lento, pero es la manera clásica de presentar situación y personajes. Luego es ágil, y es un escritor que se preocupa por el lector, que no deja que se le escape, que en todo momento es consciente de que tiene que acompañarlo ;)
      Seguro lo disfrutas
      Besos

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