martes, 21 de julio de 2020

La Biblia (3) – Antiguo Testamento, Libros Históricos.


     El Antiguo Testamento significa el magnífico empeño de un pueblo por mantenerse vivo y cohesionado, por entenderse y explicarse a sí mismo a lo largo de un tiempo dilatado. Por algo La Biblia es probablemente el libro más complejo de los que se hayan escrito.
     En cuanto a los Libros Históricos nos muestran el devenir de este peculiar pueblo desde la conquista de la tierra prometida hasta el enfrentamiento con los griegos. Se trata de un relato extenso y complejo, que ha sido escrito por muchas manos y a lo largo de muchas generaciones, con lo cual ya sabemos que contenido y estilo son variopintos, a veces incluso repetitivo como sucede con los dos libros de las Crónicas.
     El pueblo judío no destaca por su fuerza o inteligencia, sí por su tenacidad.
    Si alguien busca razones para leer la Biblia, yo he encontrado contenidos interesantes por doquier. Hay escenas que todos conocemos por la influencia del cine, la literatura o las artes, pero con una lectura detenida entramos en un mundo que luego nos recuerda la iconografía medieval reflejada en vidrieras, esculturas, retablos... Multitud de anécdotas y personajes pueblan sus páginas, y los escasos lectores de la Edad Media obviamente que conocían la Biblia en profundidad. Curiosamente el pueblo de Israel no nos dejó ninguna imagen fidedigna de sus personajes y soberanos porque el propio Libro no permite la representación de la figura humana con fines idolátricos.

     A modo de resumen:
     El Libro de Josué narra la conquista llevada a cabo por el sucesor de Moisés. Es como un desenlace o colofón, el cumplimiento de la promesa de Yahvé. Nos podemos imaginar lo difícil que fue dicha conquista, el pueblo de Israel rodeado de pueblos hostiles. La necesidad de sobrevivir y la fusión con los nativos lleva a simbiosis religiosas que el judaísmo combate como idolatrías.
     El Libro de los Jueces es muy representativo. El pueblo elegido incumple su palabra con Yahvé y llega el consiguiente castigo para la enmienda. Idolatría, derrota y opresión, y luego liberación y victoria cuando se siguen las leyes de Dios, y otra vez vuelta a empezar. Figuras como Gedeón o Sansón salvan al pueblo dirigiéndolo en la guerra, pero también está la magnífica y cruel Débora que se salta las leyes de la hospitalidad para matar al huésped que acaba de acoger.
     El Libro de Ruth no es más que un pequeño paréntesis, una bonita historia que narra escenas de la vida cotidiana y que con gran tino coloca sobre el mapa a la que será abuela de David y antecesora del propio Jesucristo.
    Los dos Libros de Samuel relatan el período de máximo esplendor del reino de Israel. Conocemos aquí a Samuel, Saúl, David o Salomón, pero también a personajes que se olvidan con más rapidez como Absalón, Betsabé o Ajitofel. Insisto que todos estos personajes son representados en la iconografía cristiana en multitud de ocasiones. Aquí tengo que agradecer mi edición ilustrada.
    Los dos Libros de los Reyes son de decadencia, derrotas y división. Miríadas de personajes no tan conocidos, no al menos por mí, de conflictos con vecinos poderosos como los Asirios. Aquí supongo que cualquiera puede corregirme. Hay gran confusión y de pronto dos reinos, uno en el norte con capital en Samaria, que será deportado, y el otro con capital en Jerusalén.
     Los dos Libros de las Crónicas son una vuelta al pasado, como un repaso a la historia desde Adán en la que ocupa un lugar central la figura de David, un repaso utilizado para conformar un mensaje religioso. Termina con la aparición de Ciro el Grande, que vence a Babilonia y que significa el regreso de los deportados a Jerusalén.
     Los libros de Esdras y Nehemías nos cuentan el regreso del destierro. Digamos que Ciro se presenta como un libertador de pueblos y religiones, y a su sombra se reconstruye, como un protectorado que sirve políticamente como tapón ante Egipto, el pueblo de Israel. Una nueva etapa para el judaísmo, que será aquella en la que nace, cinco siglos después, Jesús.
     El libro de Tobías es el menos histórico de entre todos. Es como un cuento aparte, discutido como libro canónico y creo que no admitido por los propios judíos.
     Los libros de Judit y Ester tienen a mujeres por protagonistas y salvadoras del pueblo de Israel. Estremecedor el relato de Judit, que corta la cabeza del general Holofernes para salvar Jerusalén, más dulce el de Ester, que se desenvuelve bien en las intrigas palaciegas del Rey de Persia, Jerjes.
     Por último los dos libros de los Macabeos, con los que regresamos al hilo histórico, a las guerras continuas. El rival es ahora helenístico y luego despunta Roma. El pueblo judío será perseguido ahora por su religión, pero se mezcla esta con el nacionalismo. Aparecen los intransigentes religiosos, que luego serán los fariseos, un relato muy moderno. Un capítulo con muchos nombres, bastante complicado.

      Mis disculpas anticipadas por esta reseña completamente insulsa. A buen seguro que cualquier lector encontrará mejor resumen allá donde mire. Quizás incluso haya errores. Aunque pausada en el tiempo, mi lectura ha sido superficial, carente de vanidades. Como disfruto del conocimiento histórico, he aprovechado para hacer lecturas paralelas y así conocer curiosidades sobre las civilizaciones del Próximo Oriente. Considero que no hay que menospreciar la importancia del pueblo judío en dicho contexto, hilo conductor y ejemplo de tenacidad, de lucha por la supervivencia. Quizás la Biblia es la herramienta más poderosa jamás vista, pues imperios tan poderosos y trascendentes como Sumerios, Acadios o Hititas prácticamente desaparecieron sin dejar otro rastro que el arqueológico, mientras que los judíos siguen protagonizando, a día de hoy, la historia.

2 comentarios:

  1. Me fascina la cultura judía y su historia. Como bien dices, han sabido sobrevivir a lo largo de los siglos mientras otros pueblos han desaparecido del mapa hace ya mucho tiempo.
    Dices que no sobresalen por su inteligencia, sino por su tenacidad, pero inteligencia tienen que tener para haber sido capaces de superar todo lo que la historia les ha puesto por delante.
    No me veo capaz de enfrentar la lectura de la Biblia, pero sobre los judíos he leído muchos libros.
    El gráfico que pones con ese resumen de todos los libros de la Biblia me ha resultado muy ilustrativo.
    Un beso.

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    1. La lectura de la Biblia también exige tenacidad ;) Es fruto de mi rara manía por conocer, por aprehender la historia. Te aseguro que mi edición es fabulosa, con imágenes constantes de iconografía religiosa, con fotografías de los valles, ruinas, fortalezas, gráficos, mapas... y ayuda mucho.
      En cuanto a la supervivencia, la especie humana tiene, como todas las demás especies, un poderoso instinto. La complejidad humana multiplica las maneras de buscar esa supervivencia, a mi manera de entender, la búsqueda de la fama, el interés por tener descendencia, y otras... son también diferentes maneras de desarrollo de ese instinto, de esa extraña manía que tenemos por perdurar más allá incluso de nuestra propia vida.
      Besos

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