lunes, 1 de marzo de 2021

Tres cuentos (1877), Flaubert

      Tres relatos sencillos, con mayor o menor fortuna. El último es el único que no puedo recomendar, que me ha costado leerlo. En cambio los otros dos me parecen buenos relatos, ágiles e interesantes. Si hay que buscar un elemento común entre ellos es la muerte, pues con ella termina cada uno de los relatos.

La crítica relaciona cada uno de los relatos con una de sus novelas.

Un corazón Sencillo está ambientado en el tiempo presente de Flaubert y se asocia con Madame Bovary, aunque no tienen nada que ver. He tenido que buscar las diferencias entre realismo y naturalismo, que al parecer marcan la época, pero en realidad el relato encaja perfectamente en los principios de cualquiera de las dos corrientes. Es este un relato delicioso, triste. Narra la vida de Felicidad, una niña huérfana que es separada de sus hermanos a una edad temprana. Felicidad es una muchacha tierna e inocente, quizás por eso poco favorecida por la fortuna. Bien joven encuentra acomodo como humilde sirviente de una familia burguesa venida a menos. Sin familia propia, se entrega por completo a su señora y sus hijos. Obvio que su amor no es correspondido salvo un repentino momento que sirve para una vida entera.

 

Encontraron un sombrerito de felpa peluda, color marrón; pero estaba todo comido de bichos. Felicidad lo reclamó para ella. Se miraron una a otra, y los ojos se les llenaron de lágrimas. Por fin el ama abrió los brazos, y la criada se arrojó en ellos, y se estrecharon dando suelta a su dolor en un beso que las igualaba.

Era la primera vez en su vida, porque la señora Aubain no había sido nunca de natural expansivo. Felicidad se lo agradeció como si fuera un beneficio, y desde entonces la quiso con abnegación brutal y veneración religiosa.

 

Una vida anodina que termina en la más absoluta de las resignaciones, un final realmente sarcástico y desgarrador.

 

La leyenda de San Julián el Hospitalario es asociada con Las tentaciones de San Antonio. Viene a ser un cuento fantástico de temática cristiana y asuntos milagrosos, que de todas maneras hechiza y satisface, fácil de leer. Julián es un muchacho afortunado que lo tiene todo, pero su pasión por la sangre y la caza llegan a ser tan compulsivas que echan su vida a perder. Recibe una maldición de una de sus víctimas, un enorme ciervo. La premonición apunta a un parricidio. Como forma de redención lo da todo por los demás.

 

En cuanto al último, Herodías, me ha costado entrar en él, quizás el cansancio o el buen número de personajes que vienen y van. Se asocia, dada su temática histórica, con Salambó.

 

 

2 comentarios:

  1. Yo tampoco consigo distinguir bien realismo de naturalismo.
    De Flaubert solo he leído Madame Bovary y he de confesar que la tercera vez me defraudó bastante y lo curioso es que fue en una tertulia literaria y nos pasó lo mismo a casi todos.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. A mi modo de ver a Madame Bovary le falta algo de gancho. Hoy en día el adulterio de la señora nos parece insignificante, aunque ya ves que provocó juicios por su inmoralidad. A mí personalmente fue La educación sentimental la que me enganchó al maestro. La revolución de 1948 termina bien una novela fantástica. En todo caso supongo que no tardaré en releerla. Seguro la disfruto. También leí por encima en su momento La orgía perpetua... el ensayo de Vargas Llosa al respecto. Quién sabe, cada lectura es diferente.
    Besos

    ResponderEliminar